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Nadie llega a tì por casualidad…

Si alguien se te acerca…

Si alguien se te acerca con frío…
es porque tú tienes para ofrecerle calor.
Si alguien se acerca con alegría…
es porque tú tienes siempre una sonrisa para ofrecer.
Si vierte ante ti sus lágrimas…
es porque de tú espera el consuelo.
Si te ofrece sus versos…
es porque tú tienes la música.
Si te confía su sufrimiento…
es porque de ti espera un remedio.
Si llega con sus confidencias…
es porque en ti busca la escucha.
Si lo hace con hambre…
es porque puedes proporcionarle alimento.
Con besos…
es porque tú eres la dulzura.
Si te confía sus dudas…
es porque tú le marcas el camino.
Con orquestas…
es porque tú eres la fiesta.
Con desánimo…
es porque tú sabes ser un estímulo.
Con fantasía…
es porque tú sabes la realidad.
Con desesperación…
es porque en tú encuentra una razón válida.
Con entusiasmo…
es porque no duda de que vas a vibrar con sus esperanzas.
Cuando te confía un secreto…
es porque tiene segura tu complicidad.
Cuando alguien se acerca a ti inquieto…
es porque tú sabes infundirle serenidad.
Cuando deposita en tú su confianza…
es porque encuentra en ti su fuerza.
Cuando te confiesa su miedo…
es porque ¡tú eres amor!
Presta atención cuando alguien se te acerque.
Nadie llega a tì por casualidad…


(desconozco el autor)

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