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Mostrando entradas de diciembre, 2007
La Historia del Carpintero Había una vez un viejo carpintero que, cansado ya de tanto trabajar, estaba listo para acojerse al retiro y dedicarle tiempo a su familia. Así se lo comunicó a su jefe, y aunque iba a extrañar su salario, necesitaba retirarse y estar con su familia; de alguna forma sobrevivirían. Al contratista le entristeció mucho la noticia de que su mejor carpintero se retiraría y le pidió de favor que si le podía construir una casa más antes de retirarse. El carpintero aceptó la proposición del jefe y empezó la construcción de su última casa pero, a medida que pasa el tiempo, se dió cuenta de que su corazón no estaba de lleno en el trabajo. Arrepentido de haberle dicho que sí a su jefe, el carpintero no puso el esfuerzo y la dedicación que siempre ponía cuando construía una casa y la costruyó con materiales de calidad inferior. Esa era, según él, una manera muy desafortunada de terminar una excelente carrera, la cual le había de
La elección de ser feliz Un día algo distrae tu pensamiento del día a día y entonces te da por buscar la respuesta a un pregunta que jamás te planteaste, ¿qué me hace feliz? Y entonces empiezan los pensamientos inconcluyentes a surgir, siendo como una gota de agua y llegando a convertirse en un mar. Y sí, te empiezas a plantear cuales son las cosas que hacen que tu vida se llene de felicidad, cosas como la sonrisa de tu hija y ese brillo en su mirada, sus besos, sus caricias, los te quiero mamá, los te quiero papá, los ratos que pasáis juntas...en fín...ella te hace feliz. Y piensas en los momentos junto a tu marido y ves que también hay felicidad en ellos, aunque a veces quisieras que fuera diferente y que pudiérais compartir más tiempo juntos, más cosas juntos, en fín, quisieras tantas cosas que a veces no son posibles en algunas parejas y eso nubla muchos de los momentos de felicidad que tienes a su lado. Sí, resulta a veces hasta contradictorio, se puede ser feliz e infeliz en una
Inviernos Un invierno, mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vió desolado, que al tronco marchito del árbol, le brotaron brotes nuevos. - Estaba seguro de que ese árbol estaba muerto, dijo mi padre. Había perdido todas las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco. Y volviéndose hacia mí, me aconsejó: - "Nunca olvides esta importante lección: Jamás cortes un árbol en invierno. Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Y la primavera volverá". (desconozco el autor)